¿Siempre es TDAH?

¿Siempre es TDAH?

Cada vez hay más niños y también adultos que se les diagnostica el TDAH, de hecho estas siglas están en las conversaciones de los padres, de los adultos, es ya muy conocida por muchos, al menos su nombre, el trastorno de atención e hiperactividad.

Las principales características de este trastorno son la inquietud y la dificultad para concentrarse en tareas complejas durante largos periodos de tiempo junto con un componente biológico y de maduración cerebral.

Hace poco acudió a consulta un paciente que vivía con un alto grado de ansiedad y no sabía cómo manejar esta situación y pensaba que se le estaba yendo de las manos.

Durante esta primera sesión me fue contando, entre otras cosas, que por motivos de trabajo su familia había cambiado de ciudad en dos ocasiones en los últimos 6 años, y una de ellas fuera de España, su único hijo había tenido que cambiar dos veces de colegio, que su mujer había llevado muy mal estos cambios y había estado muy nerviosa y con muchos cambios de humor.

Me dice que a su hijo le acaban de diagnosticar TDAH, me contaba que afortunadamente ya estaban más tranquilos en casa porque ya saben por qué se comporta así y que estaba recibiendo tratamiento farmacológico. En la escuela ya sabían lo que le pasaba a su hijo y ya no tenían que ir tanto a hablar con la tutora. No obstante, él pensaba que sólo las “pastillas” no debía ser la solución.

Menos mal que este padre “pensó” que sólo las pastillas no eran toda la solución a la patología diagnosticada a su hijo.

Es evidente que algunos niños padecen TDAH y que tienen que ser tratados farmacológicamente pero también debemos todos: padres, colegios, médicos, psicólogos, asumir nuestra responsabilidad y no conformarnos con una etiqueta.

Cuando un niño está muy nervioso, no para, siempre está inquieto, no es capaz de estar sentado haciendo las tareas del colegio más de cinco minutos seguidos, coge grandes rabietas, es impulsivo, ¿nos paramos a pensar qué es lo que le está pasando? ¿Quizá le puede estar influyendo el ambiente de su casa, unos padres que discuten continuamente, un divorcio, falta de tranquilidad en su entorno, el tipo de alimentación también muy rápida, toda su actividad extraescolar y que debe ser campeón de paddel?

Popularmente, el TDAH se entiende como la causa del comportamiento del niño cuando en realidad es la definición de los propios problemas. Este uso tan popular y común hace que el propio niño se aplique estereotipos: “saco malas notas y no puedo estudiar porque tengo TDAH, si grito mucho y pego patadas es porque tengo TDAH”. Todo esto, da lugar a una baja autoestima y a la propia autoestigmatización junto a una disminución en su autoeficacia.

Sería más eficaz y productivo para motivar un cambio en el comportamiento del niño, darnos cuenta qué sucede en su entorno, hablar más con él, escucharle desde la calma, prestarle la atención necesaria y ayudarle en su crecimiento psicológico.