COVID-19 y Resiliencia

COVID-19 y Resiliencia

La resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, la tragedia, las amenazas, a fuentes de tensión importantes como los problemas familiares o de relaciones personales, los problemas serios de salud o a las situaciones estresantes del trabajo o económicas. Ser resiliente es superar la adversidad y salir fortalecido.

En este momento de pandemia estamos sufriendo por nuestra salud, la salud de los nuestros, las secuelas físicas o psíquicas que el virus ha dejado, los seres queridos que han fallecido, las semanas de confinamiento en casa llenos de incertidumbre y también sufrimos por el impacto negativo que está teniendo en la economía, en el trabajo.

Cuando nos enfrentamos a una situación de crisis lo primero que experimentamos es un estado de shock, no podemos que creer que una situación tan devastadora e incontrolada inicialmente esté sucediendo, lo negamos, entramos en confusión y pasamos a un estado de ansiedad. Estos estados emocionales son los que hemos sentido cuando comenzó la pandemia.

Ser resiliente no significa no mirar la realidad y poner el motor en marcha para afrontar situaciones muy duras. Ser resiliente consiste en aceptar la realidad, escucharnos a nosotros mismos, confiar en nuestros recursos internos, conocer nuestras potencialidades.

Todas las personas pueden ser resilientes pero para ello es necesario la fortaleza psíquica, dejar a un lado el hedonismo que la sociedad del bienestar nos había empujado, donde habíamos creído que el objetivo principal del ser humano era ser feliz, tener pensamientos positivos y anular los negativos y el triunfo económico como termómetro de nuestra valía.

Ser resiliente es ser capaz de navegar en aguas bravas, la realidad en sí misma no es traumática sino como se vive esa experiencia. En los momentos vitales duros y críticos es cuando más hay que vivir el presente, aceptar la realidad y repensar el objetivo de vida. Estar en el presente, entender lo que eres ahora y comenzar a transformarte es lo que te dará fuerza para el futuro.

Nada nos dará más fuerza que invertir en conocernos a nosotros mismos, ver nuestras fortalezas, cuidarnos interiormente entrenando nuestros recursos internos.

Ahora más que nunca debemos invertir en nuestro I+D emocional es el mejor camino para ser resilientes.